RAFAEL ÁLVAREZ “EL BRUJO”

El lazarillo de Tormes

El Lazarillo y yo hemos recibido mucho más de lo que ambos hemos dado. Esta criatura de ficción nació con un destino muy especial y por eso sigue aquí. Este ente del mundo imaginario podría cambiar el mundo real porque hace del hambre y la necesidad un arte, la recicla en sabiduría. La obra afronta un problema universal: hoy también la apetencia actual se mueve en torno a la ambición y el poder. Nace en una época de enormes desequilibrios entre el mundo oficial de la Corte y el real, de hambre. Y antes al igual que ahora, no se puede ser feliz en un mundo desgraciado, porque las vidas maltratadas tienen que ver con la tuya. Al menos yo no puedo.

Por todo esto, porque Fernán Gómez supo capturar el alma de este pícaro, porque me apasiona recitar sus andanzas por los teatros; aquí está este maravilloso relato, primordial para mí, como lo es servir la necesidad del público a cada momento.